Venture building y open innovation para todos

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Por: Augusto Cáceres, Socio de Rodrigo, Elías & Medrano Abogados

Mucho se habla hoy de startups y emprendimientos tecnológicos de alto impacto, tanto por aquellos que destacan por sus soluciones innovadoras, como por el entendimiento de que es necesario construir y dar soporte a un ecosistema emprendedor que pueda dar cabida y potenciar el crecimiento de estos emprendimientos. Y de ese ecosistema son parte los emprendedores, los inversionistas ángeles, los fondos de venture capital, las aceleradoras, incubadoras — por identificar a los más resaltantes — pero también lo son las grandes empresas locales, los corporativos. Desde hace un par de años, en línea con la tendencia mundial, los corporativos peruanos están trabajando activamente en innovación y, para ello, cada vez más, siguiendo el ejemplo de lo que ocurre en USA o Europa, explorando el trabajo con startups y emprendimientos locales. Este ejercicio de open innovation puede pasar desde una colaboración para un desarrollo específico o para un negocio puntual, para integrar alguna solución internamente o, incluso, como un potencial target de inversión directa o adquisición (el corporate venturing).

A través de estas herramientas de colaboración con startups, los corporativos se benefician, principalmente, de tres fortalezas: (i) soluciones tecnológicas innovadoras que podría haber tomado mucho tiempo (y seguramente costos) desarrollar internamente, (ii) un equipo de emprendedores que trabaja a una velocidad y mindset distinto del resto de la corporación, imprimiendo un refresco en la cultura corporativa y organizacional, y/o (iii) la posibilidad de desarrollar rápidamente una línea de negocio o solución alternativa que incremente su participación en el mercado (y eventualmente sus ingresos). Telefónica (pioneros a través de Wayra), Credicorp (que con Krealo ha hecho adquisiciones y ventures propios), Scharff (que adquirió PickApp), Cementos Pacasmayo, Gloria, Nexa o Antamanina, son algunos de los ejemplos de empresas locales (o brazos locales de compañías multinacionales) que han apostado por estas iniciativas y hay muchas más explorando hoy esa tendencia regional cada vez más marcada. De hecho, de acuerdo con el reporte Corporate Venturing Latam 2020 (IESE, Wayra), se han identificado más de 450 iniciativas de más de 180 grandes compañías en la región, liderados por Brasil y México y seguidos de Colombia y Argentina — con Perú a la cola, pero apareciendo. Si bien un gran porcentaje de esas iniciativas son colaboraciones iniciales que no implicaron una inversión directa, el crecimiento es exponencial. Sólo analizando las tendencias y los números a nivel global, no existe duda de la oportunidad que este escenario presenta en la región (y sobre todo en el Perú) para los corporativos y las startups locales.

Sin embargo, del lado de los corporativos locales que analizan estas iniciativas, surge a veces la duda de si el ecosistema tiene la suficiente “oferta” de emprendimientos locales y, de ser así, si aquellos que logren ubicar estarán alineados a sus expectativas (un problema de pipeline pero también de scouting). Y este tema es muy importante cuando se piensa en open innovation. Cuando decidimos crear REMLabs, el comité de innovación del Estudio, tuvimos como uno de los ejes principales trabajar con startups y para eso lanzamos el Legaltech Challenge, buscando emprendimientos que desarrollen soluciones innovadoras en tecnología relacionada al derecho, tanto para potenciar el trabajo interno (por ejemplo, plataformas que sistematicen o automaticen tareas), como para explorar formas y modelos de negocio alternativos e innovadores. Nuestra expectativa era encontrar emprendimientos que requieran incubación o aceleración que podamos potenciar trabajando juntos. Después de abrir la convocatoria regional, conocimos a muchos emprendimientos y proyectos increíbles, pero la realidad es que no muchos se ajustaban a lo que teníamos en mente en ese momento.

Este problema lo puede encontrar cualquier corporativo que empiece a explorar el open innovation. La primera medida recomendada en esa línea es que los corporativos y sus equipos de innovación (tanto mandos altos como medios) se involucren y participen cada vez más en el ecosistema emprendedor para que conecten con más startups, más emprendedores y tengan así más visibilidad de los emprendimientos que surgen. El mercado es tan dinámico que es necesario estar al día. Esto puede lograrse, por ejemplo, buscando colaborar con mentorías o asesorías de las incubadoras o aceleradoras, que siempre apreciarán la participación de sus equipos y su experiencia en su rubro.

Sin embargo, también vale la pena que las iniciativas de innovación y open innovation de los corporativos consideren el venture building como alternativa. Esto permite que, en caso de no encontrar iniciativas en el mercado que se ajusten a las expectativas o estrategias, la corporación construya su propio venture, su propia “startup interna” y desarrollo aquella plataforma o modelo de negocio que buscaba lograr trabajando con emprendedores. “Augusto, pero eso entonces ya no es open innovation sino un simple desarrollo interno”. No es (o debe) así. El venture building supone que la corporación cree un vehículo interno, independiente, buscando emprendedores y personal externo con experiencia en startups o proyectos de innovación, de tal manera que ese venture opere por sí mismo y bajo su propia metodología de trabajo, tal como si se tratara de una startup local con la que el corporativo ha hecho un acuerdo de colaboración. Ello permite que el proyecto se pueda alinear más con las expectativas, desarrollando lo que realmente quiere hacer la corporación, pero a la vez aprovechando los grandes beneficios de trabajar con emprendedores que listamos más arriba.

Finalmente, el open innovation, corporate venturing o venture building no tienen por qué ser patrimonio solo de las grandes corporaciones. Si bien estas iniciativas requieren equipos dedicados, tiempo e inversión, esto no es algo que deba estar ajeno en las agendas de los empresarios de las empresas medianas e incluso pequeñas en el Perú. Precisamente estas colaboraciones pueden destrabar candados al crecimiento, costos financieros elevados o ayudar a explorar nuevas líneas de negocio de manera muy eficiente en cuanto a costos y tiempos. Estoy seguro de que muchos empresarios se sorprenderían de los proyectos innovadores que pueden encontrar y en donde seguro harían match si empiezan a explorar esta alternativa. Finalmente, explorar, conversar, conocer, no cuesta nada.

Referencias:

  1. IESE, Wayra. 2020. Corporate Venturing Latam. Colaboración de Gigantes Corporativos con Start-Ups en Latinoamérica. Recuperado de https://media.iese.edu/research/pdfs/ST-0533.pdf
  2. Corporate Venturing Latam: más teatro que apuestas de verdad. Entrevista a Claudio Barahona. 2020. Contxto. Recuperado de https://contxto.com/es/morning-coffee-2/corporate-venturing-latam/
  3. Mitchell, Greg. 2020. Corporate Venturing in Peru. Ruta Startup. Recuperado de https://ruta-startup.com/corporate-venturing-in-peru/
  4. Mitchell, Greg. 2020. Peru’s Startup Scene is ready for more. TechCrunch. Recuperado de https://techcrunch.com/2020/02/12/perus-startup-scene-is-ready-for-more/
  5. Corporate Venturing: claves para entender su realidad y proyección en el Perú. 2020. CONCYTEC. Recuperado de https://portal.concytec.gob.pe/index.php/noticias/2364-corporate-venturing-claves-para-entender-su-realidad-y-proyeccion-en-el-peru

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